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NUECES PECANERAS COMO ALIMENTO FUNCIONAL



 

Stephanie Solano Ornelas,

Edward Alexander Espinoza Sánchez,

Óscar Cruz Álvarez,

Dámaris Leopoldina Ojeda Barrios*

 

 

1. Introducción

Desde la antigüedad, la mayoría de las civilizaciones y culturas humanas han utilizado las plantas como principal fuente de alimento. Consumieron productos a base de plantas como hojas, flores, frutos y semillas. En ese sentido, existen reportes previos, que las nueces se consumieron desde la era paleolítica hace unos 2,5 millones a 10 000 años. Los primeros homínidos basaron su subsistencia en la energía y proteínas derivadas de frutas, verduras, raíces y nueces. En la dieta paleolítica de las tribus se agregaron estrategias culturales como la utilización de piedras para romper las nueces, ya que los frutos secos fueron una importante fuente de alimento por aportar nutrientres y minerales. los cuales constituían alrededor del 80% de su dieta. Algunos historiadores afirman que las nueces contribuyeron a la dieta de las primeras tribus de cazadores-recolectores. Así como también, se menciona que los romanos recomendaban las nueces (Juglans regia) como un alimento que puede mejorar el recuento de espermatozoides de un hombre, así que se encontraba en el menú de las grandes celebraciones como las bodas. Debido a que las nueces se conservaban fácilmente, se incorporaron a los alimentos por su delicioso sabor en ensaladas, salsas, sopas y pasteles entre otros (Arroyo, 2008).

 

                Por otro lado, a partir del desarrollo de la agricultura y de la ganadería, la alimentación humana, y en general el estilo de vida, han experimentado grandes cambios, especialmente en los últimos 150 años por efecto de la revolución industrial.  La domesticación de especies vegetales y animales, ha sido uno de los eventos más trascendentes en la historia reciente de la humanidad, en términos de nutrición y salud. Sin embargo, con la agricultura se introdujeron a la dieta alimentos novedosos, para los cuales el hombre carecía de experiencia evolutiva. Con ello se ha intensificado la epidemiología emergente de enfermedades crónico-degenerativas (diabetes mellitus, obesidad, cáncer, hipertensión arterial sistémica, osteoartrosis, entre otras) relacionadas con la nutrición. En este escenario, es necesario revertir estos cambios y recuperar algunos de los hábitos de la alimentación ancestral, donde el consumo de nueces puede colaborar a una dieta más diversa y saludable. Las nueces son frutos secos los cuales se clasifican en función de si son ricos en lípidos o aceite (anacardo, nuez, almendra, avellana, cacahuate, pistacho), o ricos en almidón (bellota y castaño). Los tipos de nueces que se conocen son de castilla, macadamia, de brasil, de la india y la pecanera, entre otras (Delgadillo et al. 2023). 

 

2. Aportes de la nuez pecanera a la salud

Recientes estudios han demostrado que la nuez pecanera (almendra), posee ácidos grasos mono y poli insaturados, tocoferoles y compuestos polifenólicos monoméricos y poliméricos. Asimismo, con fines medicinales se aprovechan las hojas, el pericarpio (ruezno) y la almendra (nuez). Las hojas contienen Inositol (C6H12O6), taninos: gálicos (C7H6O5) y catequinas (C9H6O(OH)3C6H3(OH)2); ácido ascórbico (C6H8O6), derivados flavónicos (C15H10O2) y juglona (C10H6O3) (Clemont et al., 2023).

 

                La ingesta de la nuez (almendra), puede aportar a la dieta ácidos grasos insaturados, como el ácido linoleico (omega-6) y el alfa-linolénico (omega-3), vitaminas (A, B y E) y nutrientes minerales. Asimismo, favorece la reducción significativa de lípidos en la sangre, peroxidación de lípidos y el riesgo general de enfermedades cardiovasculares (aquellas que afectan el corazón o los vasos sanguíneos); al mismo tiempo mejora el metabolismo de lípidos (Rodríguez et al., 2019).

 

                Además, las nueces pecaneras pueden controlar el peso, disminuir el azúcar en la sangre y prevenir enfermedades cardiovasculares en el organismo. Una reciente revisión sistemática que evalúa el efecto de la suplementación de nueces en la presión arterial encontró evidencia insuficiente para apoyar el consumo de nueces como una estrategia de reducción de enfermedades coronarias, por lo que la ingesta de 42,5 g al día de nueces, como parte de una dieta baja en grasas saturadas y en colesterol y que no suponga un aumento de la ingesta calórica podría tener un benéfico efecto en la salud (Hudthagosol et al., 2011). Asimismo, investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), han publicado en la prestigiosa revista Nutrients que un mayor consumo de nueces, tanto en cantidad como en frecuencia, está asociado a un menor riesgo de muerte y a un aumento de la esperanza de vida entre los adultos mayores. 

 

3. Conclusión

El Código de Hammurabi (documento con 4.000 años de antigüedad)cita a la nuez como comestible, desde entonces a la fecha ha tenido completa vigencia. Los científicos actuales han descifrado que se trata del más saludable de los frutos secos, debido al contenido de ácidos grasos omega-3, proteínas, fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales esenciales. Una ración de nueces contiene nutrientes clave como ácido alfa-linolénico (ALA, un tipo de omega-3), vitamina E, magnesio, zinc, fósforo y cobre, entre otros. La cultura popular, a través de la historia nos ha demostrado que el consumo de nueces, es una excelente alternativa para una dieta saludable.

 

4. Literatura citada

Arroyo, P. (2008). La alimentación en la evolución del hombre: su relación con el riesgo de enfermedades crónico degenerativas. Boletín médico del Hospital Infantil de México65(6), 431-440.

Clermont, K., Graham, C. J., Lloyd, S. W., Grimm, C. C., Randall, J. J., & Mattison, C. P. (2023). Proteomic analysis of pecan (Carya illinoinensis) nut development. Foods, 12(4), 866.

Delgadillo-Puga, C., Torre-Villalvazo, I., Noriega, L. G., Rodríguez-López, L. A., Alemán, G., Torre-Anaya, E. A., ... & Cisneros-Zevallos, L. (2023). Pecans and its polyphenols prevent obesity, hepatic steatosis and diabetes by reducing dysbiosis, inflammation, and increasing energy expenditure in mice fed a high-fat diet. Nutrients, 15(11), 2591.

Huang, C., Wang, Z., Ren, X., Ma, X., Zhou, M., Ge, X. & Fu, S. (2022). Evaluation of Soil Quality in a Composite Pecan Orchard Agroforestry System Based on the Smallest Data Set. Sustainability, 14(17), 10665. https://www.fao.org/faostat/es/#data/QI

Hudthagosol, C., Haddad, E. H., McCarthy, K., Wang, P., Oda, K., & Sabaté, J. (2011). Pecans acutely increase plasma postprandial antioxidant capacity and catechins and decrease LDL oxidation in humans. The Journal of nutrition, 141(1), 56-62.

Rodríguez, L.L., Cooper, J.A., & Paton, C.M. (2019). Acute consumption of black walnuts increases fullness and decreases lipid peroxidation in humans. Nutrition Research, 71, 56-64.

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