Ing. Rubén Ortega Reza
1. Introducción
En 1968, Garrett Hardin introdujo el concepto de la tragedia de los bienes comunales en la revista Science, explicando cómo la búsqueda individual de beneficios puede llevar a la degradación de recursos compartidos. Por ejemplo, los pastizales con derechos de explotación comunitarios que acaban agotados por el sobrepastoreo. Aunque el artículo de Hardin está enfocado en recursos naturales, la causa parece ser la misma que en algunos problemas que enfrentan los gremios agrícolas, en mayor o menor medida. Es decir, el actuar de cada productor nogalero, aunque sea racional, también es individualista, y provoca escasa cooperación para lograr acciones benéficas colectivas que, en el largo plazo, mejoren rentabilidad para todo el gremio. Afortunadamente, Elinor Olstrom, Premio Nobel de Economía en 2009, trabajó durante décadas investigando la tragedia de los bienes comunales, y las conclusiones de su trabajo, que contradicen a Hardin sobre la condena de los bienes comunales a ser sobreexplotados, también son extrapolables a los problemas económicos de los gremios agrícolas.
2. La tragedia de los bienes comunales y la solución de Olstrom
El ejemplo clásico de la tragedia de los bienes comunales es el de las tierras pastales compartidas por comunidades enteras, donde todos los vecinos pueden ingresar su hato a los pastizales de la comunidad para alimentar el ganado. Aún bajo el supuesto de que la mayoría de los ganaderos sean conscientes de la importancia de solo pastorear cierta cantidad de ganado en cada potrero para permitir la regeneración natural del pastizal, si otro vecino, por ignorancia o por ventajista, ingresa más ganado del que permite la regeneración natural del pastizal, a la vuelta de los años también los ganaderos conscientes, se verán perjudicados por el pastizal agotado. Por lo tanto, la situación provoca que el ganadero que ingrese de inmediato todo el ganado que le sea posible al pastizal, aproveche la venta de más cabezas de ganado en el corto plazo, aunque después pierda el negocio por haber agotado el pastizal. Sin embargo, al ganadero que cuide el pastizal le va peor, pues no aprovecharía mayores ventas de ganado en el corto plazo y de cualquier manera perdería el negocio en el largo plazo por el sobrepastoreo del resto de los ganaderos. Es decir, no hay ningún incentivo para cuidar el pastizal y, por el contrario, hay un incentivo grandísimo de sobre pastorearlo para aprovecharlo antes de que se agote.
Ante esta situación, Elinor Olstrom se percató de que, a pesar que la tragedia de los bienes comunales era cierta en la mayoría de los lugares donde había tierras compartidas, también existían comunidades que mantenían el cuidado de sus recursos, incluso por cientos de años, y se dedicó a observarlas para encontrar cómo evitar la tragedia de los bienes comunales. La clave la encontró en la institucionalización de organizaciones locales, destacando la importancia de la gestión comunitaria y la gobernanza local (Olstrom, 1990 y 1994). La propuesta de Olstrom destaca la importancia de instituciones de gobernanza que fomenten la cooperación, la responsabilidad y la adaptabilidad. Las organizaciones exitosas suelen tener las siguientes características:
1. Establecimiento de reglas claras. Las comunidades pueden desarrollar reglas claras sobre el acceso y uso de los recursos compartidos, estableciendo límites de extracción o períodos de descanso para permitir la regeneración de los recursos.
2. Participación de los usuarios: Es fundamental involucrar a los usuarios del recurso en el proceso de toma de decisiones y en la implementación de las reglas establecidas. Esto fomenta un sentido de responsabilidad compartida y promueve la cooperación.
3. Monitoreo y aplicación de sanciones: Las comunidades pueden establecer sistemas de monitoreo para garantizar el cumplimiento de las reglas y aplicar sanciones proporcionales a quienes las violan. Esto ayuda a disuadir el comportamiento oportunista y promueve el cumplimiento de las normas establecidas.
4. Adaptabilidad institucional: Las instituciones de gobernanza deben ser flexibles y capaces de adaptarse a los cambios en el entorno y en las condiciones sociales. Esto permite a las comunidades ajustar sus prácticas de gestión en función de las necesidades cambiantes y los desafíos emergentes.
5. Fomento de la confianza y la reciprocidad: Construir relaciones de confianza y reciprocidad entre los usuarios del recurso es fundamental para promover la cooperación a largo plazo. Esto puede lograrse a través de la comunicación abierta, la transparencia en el proceso de toma de decisiones y el respeto mutuo entre los miembros de la comunidad.
3. Exposición de los problemas económicos derivados de la escasa cooperación en el gremio nogalero
Aunque es crucial invertir en investigación científica para mejorar la productividad y en el desarrollo de nuevos mercados para aumentar la demanda y los precios de la nuez pecana, el desafío radica en la financiación voluntaria por parte de los nogaleros. Esto crea un problema similar al de la evasión de impuestos por parte de los ciudadanos. En ambos casos, los individuos están motivados por un beneficio directo hacia ellos mismos en el corto plazo por ahorrarse el pago de su contribución, y aún así recibir los beneficios generados por la contribución del resto de los ciudadanos o asociados. Por ejemplo, en el caso de las organizaciones de nogaleros que tengan como parte de sus funciones la inversión en investigaciones de campo que ayuden a aumentar la productividad de las nogaleras, si un agricultor opta por no contribuir financieramente a la organización, de todas maneras las organizaciones van a invertir en investigaciones con el financiamiento del resto de los productores que aportan de buena voluntad y, cuando los resultados de las investigaciones se hagan públicos, todos los nogaleros se pueden beneficiar, incluyendo quienes no hayan aportado para financiar las investigaciones. Lo mismo sucede con las inversiones para desarrollo de nuevos mercados, en las que, una vez que las inversiones dan resultado y hay un incremento de la demanda de nueces, todos los nogaleros se ven beneficiados por el incremento de precio en el mercado, independientemente que hayan aportado al fondo para financiar el trabajo de apertura del nuevo mercado o no. Por lo tanto, ambos problemas tienen en común con la tragedia de los bienes comunales la causa misma de la tragedia: el incentivo de cada individuo a no cooperar.
Afortunadamente, los problemas de inversión conjunta también comparten la solución propuesta por Olstrom: la organización local o, en este caso, gremial, que establezca reglas claras y sanciones proporcionales a la falta para desincentivar el oportunismo. Sin embargo, para que una asociación agrícola pueda tener éxito, se requiere al menos uno de los tres puntos siguientes: incentivos suficientes para que a todos los productores les sea conveniente pertenecer a la asociación, compromiso inicial de todos los productores para asociarse buscando el beneficio en el largo plazo, o un marco legal que haga obligatoria la incorporación de todos los productores a la asociación gremial. Desafortunadamente, los tres puntos presentan desafíos importantes para el éxito de las asociaciones agrícolas. Primero, los incentivos suelen ser costosos o se requiere un contexto particular que los cree, por ejemplo, la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM) expide documentos necesarios para la exportación de aguacate (Ardavín, 2005), por lo cual, dejar de lado la aportación tiene un costo elevado para el productor aguacatero porque pierde el mercado de exportación, propiciando que desde la creación de la APEAM hubiera un gran incentivo para mantener la unión. Segundo, parecen ser pocas excepciones las organizaciones agrícolas que funcionan en un primer momento por compromiso de sus asociados en espera de un incentivo que aparezca a futuro. Un buen ejemplo es la Asociación de Organizaciones Agrícolas del Sur de Sonora (AOASS), donde 7 organizaciones de productores se asociaron para unificar la gestoría de los agricultores en 1966 (AOASS, 2024), logrando en 1994 asociarse con Cargill (PROAOASS, 2024), una corporación mundialmente reconocida de comercialización de graneles, por lo cual los productores de trigo asociados reciben una ganancia adicional por la rentabilidad de la exportación del cereal. Y tercero, el marco legal en México no posibilita el cobro de cuotas obligatorias para un gremio agrícola al considerar monopólica una asociación gremial nacional (COFECE, 2015).
Actualmente los esfuerzos de investigación científica, lidereados por el Sistema Producto Nuez son financiados principalmente por la buena voluntad de algunos productores y de algunas actividades recaudadoras de fondos, encabezadas por la misma organización. Pero el ejemplo más visible es el esfuerzo en promoción de consumo de nuez pecana más importante hasta el momento, liderada por COMENUEZ, el cual es financiado por el American Pecan Promotion Board, la asociación gremial de los Estados Unidos que sí tiene establecida una cuota de carácter obligatorio para los productores estadounidenses y para la importación a Estados Unidos de nuez pecana, pues el marco legal de Estados Unidos sí lo posibilita (USCODE, 1996). Es decir, al no contar las organizaciones mexicanas con herramientas legales para recaudar pequeñas cuotas generalizadas y obligatorias a todos los productores de nuez pecana en México, al momento de la exportación a Estados Unidos la nuez pecana está pagando una cuota a la asociación gremial de la nuez pecana de Estados Unidos con lo cual se financia la gran campaña de promoción en México, encabezada por COMENUEZ.
Otro problema que podría mitigarse por medio de asociaciones agrícolas, pero más en el plano local, es la desventaja competitiva que suelen tener los productores agrícolas en la comercialización. Este problema es ocasionado por fallas de mercado y son muy comunes en los mercados agrícolas por su misma naturaleza, donde hay una gran asimetría de información y diferencia en el poder de mercado de los vendedores, los cuales son un gran número, y compradores, que son muchos menos en proporción. Además, existe un desfase temporal entre la oferta que se presenta estacionalmente y la demanda que es más o menos constante todo el año. Es decir, las fallas del mercado no se presentan por el oportunismo de los compradores en contra de los productores, sino porque el mismo mercado se encuentra en una situación que lo desequilibra y deja a los nogaleros en una posición desventajosa, pero que se puede mitigar por medio de las asociaciones agrícolas locales con las mismas características detalladas por Olstrom.
4. Soluciones potenciales
1. Cabildear con los legisladores locales y/o federales para modificar el marco legal, de manera que sea posible el establecimiento de cuotas razonables pero generalizadas y obligatorias a los nogaleros por medio de una asociación gremial con fines de investigación científica y promoción genérica de la nuez pecana, sin fines de comercialización.
2. Para poder tener un control real de los nogaleros que pagan cuotas y los que no, es necesario mapear las zonas de producción y asegurar que cada Kg de nuez pague la cuota correspondiente. Para ésto se puede trabajar en coordinación con el Comité Estatal de Sanidad Vegetal y las Juntas Locales, las cuales pueden hacer un mapeo bastante preciso con la tecnología disponible de las zonas de producción y emitir las guías de transportación, que, si bien también se debe invertir en mejorar la tecnología para su emisión buscando evitar la burocracia, son un medio que facilitaría la recuperación de cuotas, como sucede actualmente con montos muy pequeños.
3. Fomentar y fortalecer las asociaciones locales de nogaleros mediante cabildeo con las autoridades. Las fallas de mercado son un excelente argumento para pedir la participación del estado (mexicano o de cada estado, valga la redundancia) en acciones que ayuden a corregirlas. Por ejemplo, facilitar la construcción de bodegas de almacenamiento que le permita a los nogaleros interesados en guardar su producción para comercializarla más adelante ayuda a mitigar la falla del mercado provocada por la atemporalidad de la oferta y la demanda. Otro ejemplo es si, además, las asociaciones contaran con soporte económico para financiar inventarios, de manera que los nogaleros con necesidad inmediata de recursos puedan acceder a un financiamiento sobre su propia producción para tener mayor libertad de decisión sobre cuándo vender y, por lo tanto, liberando la presión del mercado a mantener los precios bajos derivados de que la demanda recurrentemente encuentre productores dispuestos a vender al precio que esté inmediatamente disponible. Finalmente, las asociaciones pueden ayudar a organizar mejor la oferta de nuez pecana, promoviendo la comercialización en bloques o por subastas que ayuden a equilibrar el poder de mercado de los vendedores con el de los compradores.
4. Aunque las asociaciones locales de nogaleros tienen el mayor potencial de generar un beneficio en los productores por ser más cercanas que una asociación gremial, también pueden caer en problemáticas locales que no les permitan crecer o que las lleven a desaparecer. Por lo tanto, una vez fortalecida una asociación gremial de nogaleros, ésta debe dedicar recursos a observar el correcto funcionamiento de las asociaciones locales para evitar malos manejos y asegurar la unidad de los nogaleros a futuro.
5. Literatura citada
Asociación de Organizaciones Agrícolas del Sur de Sonora (AOASS). (s.f.). Historia.
Recuperado de http://aoass.com/historia/.
Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE). (2015). Pleno Resolución
APEAM, A.C. Recuperado de https://www.cofece.mx/CFCResoluciones/docs/Asuntos+Juridicos/V90/1/2008793.pdf
Hardin, G. (1968). The Tragedy of the Commons. Science, 162(3859), 1243-1248.
Ostrom, E. (1990). Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Action. Cambridge University Press.
Ostrom, E. (1994). Rules, Games, and Common-Pool Resources. University of Michigan Press.
PROAOASS. (s.f.). Nosotros. Recuperado de https://www.proaoass.com/nosotros/
USCODE. Title 7, Chapter 101. (1996). Recuperado de https://www.govinfo.gov/content/pkg/USCODE-1996-title7/pdf/USCODE-1996 title7-chap101-subchapII.pdf.
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